Taciturno, miro la lluvia a través de la ventana, mientras el gris indolente del cielo me susurra y me lanza con cada gota un frío recuerdo.
Van dos como si fueran uno, admirando el matiz que pinta la lontananza.
Tomados de la mano en afán de no naufragar, cuando la verdad se perdieron hace mucho.
Tarde monocromática de antaño, en tu recuerdo me arrullo buscando sosiego, evocando memorias en tu lecho solitario, haciendo de tu brisa una fría reminiscencia.
Si la bruma llega a nublar mi juicio y el rocío se torna gélido y opresor, no encontraré mejor refugio que el de tu primavera eterna, esa que destilabas con cada suspiro, esos que se volvieron parte de mi locura.
miércoles, 26 de agosto de 2015
Tarde monocromática.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario