domingo, 25 de diciembre de 2016

Ese que no está.

Acá, largo trecho a mi hogar
la tristeza se prensa como hiedra.
Un rayo, dos y se dibuja la silueta
De árboles desconocidos,
anegados,
Envueltos por la oscuridad.
Ecos de voces y olor a sudor.
Rock & Roll sonando en la estación.
Artificio que sesga mi conciencia.
Allá lejos, en casa.
Es donde quiero ir en verdad.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Alta mar.

Tengo un capricho.
Uno de conocerte.
Juntar los pedazos,
Y armar la imagen
De tu recuerdo vívido,
Para con él viajar
Por el más dulce sueño,
Y entonces volver a encontrarle,
Para al final,
perderme,
Y comenzar de nuevo.

martes, 1 de noviembre de 2016

Tsukuyomi Infinito

Fue la ilusión, el sueño de tenerte cerca.
Como hoja perdida, te fuiste con el viento en mi descuido.
Fue tu risa la que me guió por bosques sombrios, aun cuando mis piernas desfallecían.
Fue tu mano cariñosa en la mía, la que me curaba y me alentaba a levantarme y luchar.
Sin embargo, los años han pasado y el tiempo, junto a tu recuerdo, se ha congelado en mi mente.
Hoy, a pesar de todo, te veo de frente otra vez.
Bajo esta luna que nos he creado, te siento de nuevo y parece no haber pasado un día.
Bajo el viejo cielo de aquellas tardes, que ahora nos observa y se ilumina.
La misma risa, los mismos ojos de esos días.
¿Quién dice que no eres real? Si real para mí es cuando estoy contigo.
Tu mano con la mía, bajo el dios de la luna infinita.
Es mi mundo perfecto, este en el que nunca te fuiste.
En el que aún estás conmigo.

Vuelo en la medianoche.

Un pestañeo, estás en ese vuelo nocturno.
Un par de personas viajan contigo, cada uno absorto en su sueño.
Suspendido en la medianoche, abres las puertas de tu mente.
Entra el aire limpio y revuelve tus ideas.
Silente rayo en la oscuridad te ilumina, como un presagio de lo que fue, es y será.
Viajeros en la oscuridad. Estelas de luz en el cielo.
La tranquilidad aquí dentro es embriagante, como sinfonía muda de pensamientos solitarios, te arrastran hacia el abismo.
Allá abajo, el mundo de antaño se sacude sin control.
El trueno, vibrante nostalgía.
Admiras el tiempo tras la ventanilla, y con un último adiós bajas la perciana, te concentras en mantenerte en el aire hasta el final.

domingo, 2 de octubre de 2016

Un día en el pasado.

El viento diurnino sopla y me transporta al pasado, a una noche de tantas en la que escribí sobre ese día. Estoy echado frente a un libro que ya no recuerdo, sereno y meditabundo. Las parejas caminan por la vereda y los niños corren y brincan por todos lados. El sol aparece y desaparece tras las nubes, que se mueven apresuradas hacia el sur. Acostada a mi lado, con los ojos cerrados y en silencio, está ella, más en su cabeza que junto a mí; siento su respiración en mi pecho y me pierdo en su pelo, que juega sin miedo con el viento y me hace cosquillas en la cara.
Una de tantas noches escribí sobre ese día, cuando la calma se asemejaba al final de aquel libro, que sirvió de presagio para un nuevo comienzo, en el cual ya las historias no van en paralelo, cuando el tacto ya no es distante y las manos entrelazadas no tienen que separarse más. Una de tantas noches escribí ese final, cuando por fin, poniendo un punto definitivo, en medio de risas distantes y el silvido del viento, morí y reviví junto a ella, la que un día me dijo que escribiera sobre ese momento, sobre el día en que naceríamos abrazados bajo un nuevo sol, y así hasta el día de hoy, mucho tiempo después, a lo lejos la escucho cantar y el tiempo parece repetirse.

viernes, 19 de agosto de 2016

En llamas, nuevamente...

Bestia caótica, brisa carmesí.
Igneo respiro, caudaloso delirio.
Con cada paso eclipsas el sol.
Es la hoguera en tu mirada,
La que abrasa los suspiros.
Pinto un corazón en nudillos sangrantes.
Rompo las cadenas de la utópica mujer.
Viajo dentro de ti, quizás tú dentro de mí.
Viajo al cielo y la luna,
Buscando un respiro.
Comprimo mi alma en locura,
mientras busco dentro de inocencias impías.
Rasgo y rasgo la coraza.
Libero el éxtasis de tu ser.
Lo aplasto y consumo.
Y en mi piel grabo sus sonrisas.