Hablemos del pasado, ¿Quieres? Y sé que hablaré sólo yo esta vez; no porque quiero ni mucho menos porque me lo pidas.
No, hoy hablo yo porque me has dejado sin remedio, ¿Sabes lo macabro y placentero que es disfrutarlo? En fin, hablemos de los buenos días.
De cuando dormía y respiraba aire limpio.
De cuando no tragaba humo a diario y no cantaba embriagado.
Te hablo de esto porque ya en esos tiempos eras un recuerdo, una reminiscencia.
No espero que entiendas, pues la verdad es que no quiero que lo hagas.
Sólo te digo que te vi llegar hace años; una y otra vez, y siempre, siempre, ¿Puedo seguir? Siempre te veo partir.
¿Ves? No te miento en algo: me dejaste jodido y con ganas de fumar, me dejaste con marañas de versos y prosas que te destilan, me dejaste seco y con gustos de mierda, puedo seguir toda la madrugada, ¿Quieres que lo haga?
La verdad no te entiendo, ni me entiendo a mí.
La verdad es que siempre tengo sueño, pero nunca duermo.
Y la verdad es que después de cada intermitencia, cada condenado viaje que haces.
La verdad es que me destruyes.
Y la verdad es que me encanta que lo hagas.
domingo, 4 de junio de 2017
Confesiones.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario