Me veo a tu vera diciendo te quiero. Sublimes, van susurrando las pequeñas estrellas su sinfonía de antaño; su anhelo al pequeño amanecer, ese que sólo se da cuando te ven, tan delicada y perfecta, pues bajo el velo de tus dulces caricias de arrullo, refractas luces a viejas callejuelas, antiguos senderos que llevan mucho sin recorrer.
Caminas sutil hacia mí, dando voz a mis letras, dando vida al papel; tu presencia da bonanza a mis días, tus miradas llenan de sosiego mi ser.
Llegaste hasta aquí, cortando la hiedra, llenando de versos limerentes mi alma bañada en hiel, pero no es suficiente, dulce mulata del atardecer, pues no importa que diga, lo que siento, por siempre inefable será a mi propio ser.
viernes, 5 de junio de 2015
Para Gaby.
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