Le dieron tantas noches, vida a las estrellas.
Miraron tantas veces, aquél orbe nocturno.
Él, con su mano, acariciaba su melena; Ella con su sonrisa, curaba su chamuscado ser.
Longevo fue su amor, pues era sincero, pero con el tiempo la penumbra cayó, la vida se apago.
Sin embargo, los recuerdos al alba arrullo, cuando el vendaval a su vera los besos llevo.
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